Por: Geraldine Kuphal, LMFT, PMH-C
La llegada de un bebé transforma la vida de las mamás de una manera profunda, y aunque la alegría de ser madre es inmensa, también surgen una serie de preocupaciones que pueden despertar ansiedad. Como psicóloga clínica especializada en salud mental perinatal, me encuentro con muchas mamás que se preguntan: “¿Es normal sentirme así?”, “¿Es normal preocuparme tanto por mi bebé?” O “Ya no me siento como yo misma”. Y son preguntas válidas, ya que el embarazo y el postparto son períodos de enormes cambios emocionales, psicológicos y físicos, por ello, en este blog exploraremos la ansiedad materna: ¿hasta qué punto es normal?
Es completamente natural que las mamás se preocupen por el bienestar de su bebé. La responsabilidad de cuidar a un bebé es enorme y hay un sinfín de detalles de los cuales ocuparse. A menudo, los bebés no son fáciles de “leer”: el llanto de un bebé tiene diferentes significados, no siempre es claro lo que necesitan. Las mamás, por lo tanto, pueden sentir una gran ansiedad al tratar de interpretar esas señales. La curva de aprendizaje en esta etapa es enorme. Hay muchísimas cosas nuevas para aprender, y además mamá y bebé se están conociendo mutuamente y aprendiendo a entenderse y leer las señales de cada uno.
En este sentido, un grado de ansiedad o preocupación por el bienestar del bebé es saludable y adaptativo, ya que motiva a la madre a estar atenta a su bebé y a movilizarse hacia la resolución de problemas. Sin embargo, hay momentos en los que esta ansiedad puede sobrepasar los límites saludables, y es crucial reconocer cuándo es el momento de buscar ayuda.
La ansiedad materna excesiva también puede estar relacionada con recuerdos traumáticos del parto o experiencias difíciles previas, lo que aumenta la sensación de inseguridad. El parto trae consigo sus propios desafíos y miedos. Muchas veces durante los partos hay momentos difíciles, de mucho miedo, donde se teme por la vida o bienestar del bebé o de mamá y esto puede en sí ser traumático. Hay poco o nada de tiempo para descansar y recuperarse de esta experiencia, lo que puede dificultar la recuperación física y emocional de las mamás.
Además de los pensamientos ansiosos, los síntomas de depresión pueden sumarse. La tristeza persistente, la pérdida de interés en las actividades diarias, la fatiga extrema o el sentimiento de incapacidad para conectarse con el bebé, son algunas señales de que la ansiedad y/o la depresión pueden haber ido más allá de lo esperado. Si bien los cambios hormonales pueden generar un desequilibrio emocional durante el postparto, la depresión postparto debe ser abordada para evitar que empeore.
¿Cuándo es necesario buscar apoyo?
La línea entre la ansiedad normal y la excesiva no siempre es fácil de trazar. Cada mamá y cada bebé son diferentes, y también lo son las circunstancias. La tolerancia a la ansiedad varía, y es importante escuchar a tu cuerpo y tus emociones. Algunas mamás pueden estar preocupadas constantemente por el frío, los gérmenes, el peso del bebé o incluso los pequeños movimientos del bebé mientras duerme. Aunque estas preocupaciones son parte del rol maternal, ¿cuándo es hora de decir “esto es demasiado”?
Aquí te comparto algunos síntomas que pueden indicar que la ansiedad se ha vuelto excesiva y
es momento de buscar ayuda profesional:
- Dificultades para dormir: A pesar del cansancio, no poder conciliar el sueño o no poder mantenerlo puede ser un signo claro de ansiedad desbordante.
- Dificultades para concentrarse: Si sientes que no puedes concentrarte en las tareas cotidianas o pensar con claridad, puede ser una señal de que la ansiedad está afectando tu bienestar.
- Evitación de situaciones: Si evitas salir de casa, ir a ciertos lugares o realizar actividades cotidianas debido a la ansiedad, es un indicio de que algo no está bien.
- Evitación de dejar al bebé: El miedo excesivo a dejar al bebé, incluso con personas de confianza, al punto de no cuidar de tu propia higiene personal, puede ser un signo de ansiedad extrema.
- Ansiedad tan alta que es difícil respirar: Si sientes que la ansiedad está tan presente que te cuesta respirar o sientes opresión en el pecho, es momento de buscar ayuda.
- Dificultades para relacionarte con tu bebé: Si sientes que la ansiedad está interfiriendo con tu capacidad de vincularte emocionalmente con tu bebé, es crucial abordar estos sentimientos.
- Comportamientos repetitivos: Como la limpieza excesiva o la comprobación constante de que todo está en orden, estos comportamientos pueden ser una manifestación de la ansiedad elevada.
Si te identificas con alguno de estos síntomas, te animo a que busques ayuda profesional. La salud mental perinatal es fundamental para tu bienestar y el de tu bebé. Un psicólogo especializado en esta área puede ayudarte a manejar la ansiedad y desarrollar estrategias para cuidar tanto de ti como de tu hijo de una manera más saludable.
El estigma en la salud mental perinatal: ¿Por qué no buscamos ayuda?
Uno de los desafíos que enfrentan las mamás para buscar ayuda tiene que ver con el estigma asociado. Existe una gran presión social para que las mujeres se muestren felices y “perfectas” después del nacimiento de su hijo, lo que crea una expectativa de que deben estar disfrutando plenamente de la maternidad. Esto hace que muchas mamás no se sientan cómodas reconociendo que están pasando por un momento difícil o que no se sienten completamente felices.
La idea de que las madres deben ser siempre fuertes, felices y resilientes ante la llegada de un hijo está profundamente arraigada en muchas culturas. Sin embargo, es esencial recordar que, como cualquier otra persona, las mamás también son seres humanos con emociones, vulnerabilidades y necesidades emocionales. La maternidad no está exenta de momentos difíciles, y atravesar un embarazo o un postparto con ansiedad o depresión no significa que no estés siendo una buena madre. Al contrario, el reconocerlo es un paso valiente hacia la mejora y el bienestar de toda la familia.
La importancia de buscar ayuda especializada en salud mental perinatal
Muchas mamás sienten miedo o vergüenza de pensar en buscar ayuda o apoyo psicológico durante el embarazo y postparto. Existe el miedo a ser juzgadas de “malas madres”, a ser incomprendidas, a que “le quiten el bebé”, a que las fuercen a tomar medicamentos que afecten al bebé, etc. Es por esto que es importante buscar profesionales especializados en Salud Mental Perinatal y que estén entrenados y capacitados para abordar las complejidades de la maternidad, como los traumas del parto, el miedo al cuidado del bebé, las expectativas no cumplidas y los cambios hormonales. Pueden ofrecer estrategias personalizadas que ayudan a las mamás a manejar el estrés, calmar la ansiedad, proporcionar información actualizada y relevante así como también herramientas para fortalecer la relación con el bebé y la pareja, mejorar la autoestima y facilitar el proceso de adaptación a la nueva maternidad.
¿Qué puede esperar una mamá al buscar ayuda psicológica?
Un proceso terapéutico, la mamá podrá compartir en un espacio de confianza sus pensamientos, miedos y preocupaciones. El psicólogo, además de escuchar sin juicio, podrá ofrecer enfoques terapéuticos adaptados a cada situación, tales como terapia cognitivo-conductual, intervenciones de relajación y mindfulness, apoyo para procesar posibles traumas. Un psicólogo perinatal también puede ayudar y apoyar a la mamá a buscar ayuda en su comunidad como ser grupos de madres, asesores en lactancia, literatura relevante a temáticas maternales o infantiles, etc. Estos métodos no solo ayudan a aliviar la ansiedad y la depresión, sino que también ayudan a las madres a no sentirse solas, a sentirse acompañadas y recuperar su autoconfianza.
Conclusión: La salud mental materna es una prioridad
Es esencial recordar que la salud mental de las madres no debe ser ignorada. Cuando las preocupaciones o los síntomas de ansiedad y depresión se vuelven abrumadores, es hora de buscar ayuda. Hablar con un especialista en salud mental perinatal puede ser un paso fundamental para manejar la ansiedad, superar traumas o simplemente encontrar el apoyo emocional necesario para navegar por esta nueva etapa de la vida.
La maternidad no siempre se trata de estar feliz o perfecta; se trata de ser consciente de las emociones, cuidarse a sí misma y buscar el apoyo adecuado cuando sea necesario. No hay nada de malo en pedir ayuda y, al contrario, es una manera valiosa de demostrar autocuidado y responsabilidad. La salud mental es tan importante como la salud física, y las mamás merecen un espacio donde puedan sentirse escuchadas, apoyadas y comprendidas. No estás sola. Cada mamá tiene su propio camino, y pedir ayuda es un paso importante hacia tu bienestar.
Recuerda, no estás sola, no tienes la culpa de nada. ¡Con ayuda, te sentirás mejor! En este mes de marzo que celebramos la historia de la mujer queremos visibilizar la salud mental materna y reconocer la resistencia de las madres. Comparte este blog de apoyo en salud mental perinatal con quien lo necesite.
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