Por: Madelaine Milena Bustamante Cabrera, LMHC, PMH-C
El evento de tener un bebé es maravilloso, concebirlo, verlo, sentirlo crecer dentro de ti es en sí mismo un milagro. Tener un hijo es una ocasión muy importante en la familia, especialmente en la pareja. Sin embargo, en medio de estos cambios y ajustes que deben hacerse tanto durante como después del embarazo, es fundamental priorizar a la madre para el bienestar familiar.
También está el tiempo invertido en la concepción de ese bebé, los esfuerzos de muchas madres y padres por hacer posible ese pequeño milagro y las una y mil dificultades que tienen que atravesar muchos en pos de lograrlo. De igual manera, tenemos también los bebés sorpresa, bebés que no estaban en planes o incluso bebés algo… inoportunos; ya que son tantas las situaciones que vive cada mujer.
Cuando un bebé es ya bienvenido en un hogar, se tienen que hacer ciertos arreglos para dar apertura a esta nueva etapa en ese núcleo familiar. Todos estos cambios y esfuerzos para darle la mejor calidad posible de vida a ese niño que viene al mundo. Los padres hacen todo lo que está en sus manos para tener todo listo para la llegada de ese bebé, y ese “tener todo listo” se ve diferente en cada hogar dependiendo de los recursos y las circunstancias, especialmente cuando no se cuenta con apoyo ya sea de familiares o amigos.
Sin embargo, no contar con suficiente apoyo no quiere decir que esos padres puedan permitirse menos trabajo, con o sin apoyo tienen que dar de su tiempo, dinero, energía, fuerza, disponibilidad por ese bebé que es ahora su hijo. Ciertamente los padres están dispuestos a dar eso y más, todo lo que sea necesario para que ese hijo o esa hija estén bien.
Planeación, embarazo, parto… ¿y la madre?
En este proceso maravilloso que involucra el período de planeación, embarazo, parto y demás olvidamos muchas veces un punto muy importante, por no decir el más importante, el bienestar de las madres. Por ello, es que en este artículo priorizar a la madre: el primer paso hacia el bienestar familiar, nos vamos a enfocar en las madres, y ya después escribiremos sobre las necesidades particulares de los padres en cambio.
Paricio del Castillo & Polo (2020) dirán al respecto del inicio de la maternidad que:
“El nacimiento de la madre se produce a través de las experiencias, profundamente transformadoras, que la mujer va atravesando a lo largo del proceso de concepción, gestación, parto y crianza, y sobre las cuales va construyendo su nueva identidad materna. Los cambios físicos y la vivencia corporal de la maternidad biológica pueden desafiar muchos de los discursos sociales que la mujer ha asimilado como propios y que entran en conflicto con cuestiones intrínsecas al proceso reproductivo”. (Paricio del Castillo & Polo, 2020, p. 39)
Por ende, entiéndase que las madres también necesitan de todos esos cuidados de los que se provee a los bebés. Si bien en la mayoría de los casos dar a luz no inválida o imposibilita a una madre de hacer las cosas, sí limita. Limita porque inicialmente hay necesidad de un tiempo de sanación, de recuperación, y de reencuentro con el que muchas veces las madres no cuentan.
1- Físicamente
El período de gestación es agotador, parece que hay una creencia popular de que las mujeres están supuestas a dar a luz, que dada la biología de sus cuerpos y dada la historia de la humanidad, eso es lo que una mujer hace y punto. Pero, ¿se han puesto a pensar lo que implica un embarazo?
- El embarazo a nivel físico implica un trabajo constante para el cuerpo de las madres, aun si no podemos ver que está pasando dentro de las mismas. Durante el embarazo las madres están produciendo sangre y proveyendo de alimentos a dos seres al mismo tiempo. ¿Cómo no sentirse continuamente cansada si el cuerpo no para? El cuerpo atraviesa una serie de cambios durante el embarazo, dígase de: aumento de circulación sanguínea, mayor actividad muscular, modificación en la estructura ósea (ensanchamiento de la pelvis), aumento de peso, etc; todas estas adaptaciones físicas de la mano de cambios a nivel psicológico y anímico también. (Nereu, Neves de Jesus, Casado, 2013, p. 78)
- Sin embargo, el trabajo no termina ahí; una vez que se da a luz muchas madres deciden amamantar a sus bebés, la leche materna contiene células sanguíneas, de manera que el cuerpo materno sigue produciendo, creando, cambiando para acoplarse a las necesidad de ese bebé. Por más natural que parezca amamantar viene con sus propias dificultades y no es una tarea fácil en general, de manera que “hasta un 30% de mujeres sufren algún tipo de problema relacionado con la lactancia materna en las dos primeras semanas posparto. Es cierto que casi todas las mujeres sufren algún tipo de molestia inicial relacionada con la succión o el agarre”. (Martínez, Galbe, & Esparza, 2017, p. 111)
Asimismo, debemos añadir la falta de sueño de las madres, despertarse incontables veces a lo largo de la noche y madrugada implica un sueño interrumpido. La preocupación de que algo pueda pasarle al bebé si no se acude a su llamado, y el estar despierta prácticamente toda la noche. A esto se suma el periodo de “recuperación” nuevamente interrumpido, la madre regresa a casa después de haber dado a luz y no hay tiempo para descansar.
Todos estos son factores que debemos tomar muy seriamente y entender cuán importante es ayudar, cuidar y priorizar a las madres, especialmente al principio, cuando todo es tan nuevo y agotador.
2-Emocionalmente
La falta de sueño también está asociado con malestar emocional, una madre que no descansa está en un estado constante de estrés, siempre alerta e irritable porque está demasiado cansada. Esto también puede dar paso a enfermedades de salud mental, y no me refiero a la “tristeza posparto” (en inglés conocido como “baby blues”), que es relativamente leve comparado con la depresión posparto, que conlleva a que las madres tengan dificultad de cuidar a su bebé, pero más que nada de cuidarse a sí misma, de pensar en sí misma.
- Por otro lado, en el peor de las instancias vemos casos que llegan al suicidio y estamos en una época donde tenemos el suficiente conocimiento para prevenir este tipo de acontecimientos. Hoy por hoy se habla mucho más abiertamente de los trastornos psicológicos perinatales, tales como depresión posparto, pero aún tenemos que aprender más o discutir más sobre ansiedad posparto, trastorno obsesivo-compulsivo posparto, trastorno bipolar posparto, y psicosis posparto, y cuán graves estos pueden llegar a ser.
- Igualmente tenemos a la psicosis posparto que puede tener “una duración de semanas y la sintomatología se caracteriza por episodios de depresión o estados de euforia, labilidad emocional, ilusiones y alucinaciones, la mayoría de los casos requieren tratamiento médico y hospitalización”. (Delgado, 2016, p. 512).
Y aunque pareciera que cada vez hay más casos de madres con estos diagnósticos, la realidad es que apenas ahora las madres empiezan a ser vistas con más atención, con más cuidado. Ahora es que comenzamos a reconocer las diferentes enfermedades, darles nombres y trabajar en intervenciones. Esto no quiere decir que las mujeres de antes no padecían de estas enfermedades, sino que no tenían los cuidados respectivos, a tal punto que ni siquiera reconocían muchas veces las dificultades que muchas madres atravesaban.
Por esta razon, resaltamos la importancia del autocuidado, la necesidad de que las madres tengan un tiempo para ellas, así sea un par de horas por semana. Es imprescindible priorizar a las madres, recordemos que ellas no son solo guerreras, luchadoras, fuertes, sino también vulnerables, sensibles, humanas, y necesitan apoyo, atención y cuidado.
3- Socialmente
Una parte crucial del tiempo que una madre tiene para sí misma involucra no solo tiempo de descanso sino tiempo para compartir con amigas, para salir, para divertirse; para tomar un descanso del ajetreo que conlleva cuidar a su bebé todo el día y hacer los quehaceres del hogar, o cuidar a su bebé, hacer las tareas domésticas y trabajar. Por ello la importancia de priorizar a la madre, las madres necesitan tiempo para ellas y las personas que forman parte de su círculo como amigas cercanas.
El tiempo para visitar a la familia cercana puede ser muy constructivo también, pero nuevamente hago un llamado a ver y pensar en priorizar la salud de las madres, compartir tiempo con ellas y no solo con sus hermosos bebés. Visitar a las madres también puede ayudar mucho, pero procuremos que sean visitas cortas para que la madre pueda descansar; o visitas en donde se pueda tender una mano a la madre y no incomodarla.
Por último, quisiera recalcar que la práctica de cuarentena materna que aún se realiza en muchos países y culturas, puede ser un tiempo muy solitario para las madres, de manera que las visitas, o incluso una llamada a estas madres para saber que están bien y estar pendientes de ellas marca toda la diferencia; de hecho, a veces basta con escuchar una voz amiga.
Reflexionemos juntos en las dificultades que atraviesan las madres, ayudemoslas y trabajemos juntos por priorizarlas a sabiendas de que para que un bebé esté sano y para que una familia esté bien, tenemos que tener madres saludables y felices también, no podemos tener una cosa sin la otra porque van de la mano.
Recuerda, no estás sola, no tienes la culpa de nada. ¡Con ayuda, te sentirás mejor! En este mes de febrero que celebramos el amor propio y el autocuidado ayudamos a compartir este mensaje. Comparte este blog de apoyo en salud mental perinatal con quien lo necesite.
Delgado, M. M. (2016). Depresión postparto y tratamiento. Revista Médica de Costa Rica y Centroamérica, 73(620), 511-514.
Martínez, A., Galbe, J., & Esparza, M. (2017). Cuando amamantar duele. Pediatría Atención Primaria, 19, 111-119.
Nereu, M., Neves de Jesus, S., & Casado, M. (2013). Estrategias de relajación durante el período de gestación: beneficios para la salud. Clínica y Salud, 24(2), 77-83.
Paricio del Castillo, R., & Polo Usaola, C. (2020). Maternidad e identidad materna: deconstrucción terapéutica de narrativas. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 40(138), 33-54.
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